Preguntas frecuentes

¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes del arbitraje?

Los posibles beneficios e inconvenientes del arbitraje varían de un caso a otro, pero en general las dos ventajas que se aducen del arbitraje son:

1) Rapidez: Se afirma que el arbitraje es una forma más rápida de resolver los litigios que llevarlos a los tribunales. Sin embargo, según nuestra experiencia y la de muchos otros, el arbitraje de reclamaciones más grandes o más complejas, como las reclamaciones de construcción, a menudo no se resuelven más rápido en el arbitraje que en los tribunales. A los demandados a menudo les gusta afirmar que el arbitraje será una forma más rápida de resolver una reclamación, pero una vez en el arbitraje, esos mismos demandados hacen todo lo posible para retrasar la reclamación.

2) Coste: Se afirma que el arbitraje es una forma más barata de resolver una reclamación que si se decide en un tribunal. El arbitraje es supuestamente más barato porque es más rápido y porque la capacidad de las partes de participar en el descubrimiento (el proceso en el que las partes obtienen información, documentos y testimonios de unos y otros antes de un juicio o audiencia) y la capacidad de las partes de apelar son limitadas. Sin embargo, según nuestra experiencia y la de muchos otros, el arbitraje de reclamaciones más grandes o más complejas, como las reclamaciones de construcción, a menudo se resuelven por aproximadamente los mismos costes en los tribunales que en el arbitraje. En el arbitraje, tanto el árbitro como la organización que lo administra cobran importantes honorarios por sus servicios, mientras que en los tribunales, el juez que dirige el caso, el jurado que lo decide y el secretario judicial que se encarga de la presentación y la programación forman parte de nuestro sistema judicial y son gratuitos para las partes.

El hecho de que una reclamación se decida a través de un arbitraje presenta una serie de graves inconvenientes:

1) Equidad: En los tribunales, el demandante consigue que su demanda sea escuchada por un juez imparcial que trabaja para los ciudadanos y un jurado de ciudadanos imparciales. En el arbitraje, el árbitro suele ser un abogado que, además de actuar como árbitro, representa a clientes en otros casos. El abogado puede favorecer a los demandados o puede ser parcial de alguna otra manera. El árbitro o la organización de arbitraje también pueden depender del demandado para sus negocios, ya que éste es demandado con regularidad y, como resultado, puede, intencionadamente o no, mostrar favoritismo hacia el demandado. Mientras que el demandante puede no volver a presentar otra demanda durante el resto de su vida y no presenta la misma oportunidad de negocio para el árbitro y la organización de arbitraje. En los tribunales hay menos preocupaciones sobre la falta de imparcialidad de un juez que en el caso de un árbitro privado.

2) Apelación: Las partes tienen una capacidad muy limitada para recurrir la decisión de un árbitro. La posibilidad de corregir una decisión en apelación es tan limitada que los árbitros a menudo pueden tomar decisiones manifiestamente incorrectas y un tribunal no hará nada para corregir la decisión.

3) Descubrimiento: En el arbitraje, la capacidad de las partes para realizar pruebas, es decir, para obtener información, documentos y testimonios de la otra parte o de los testigos antes de la audiencia, es limitada. Esto contrasta con los tribunales, en los que las partes tienen una capacidad mucho más amplia para realizar la prueba que necesitan. En los casos de construcción, esto es particularmente significativo porque los demandados (los contratistas que construyeron una casa o un condominio) tienen toda la información y los documentos sobre cómo se construyó la casa o el condominio y el demandante necesita el descubrimiento para obtener esa información y esos documentos.

4) Coste: Los árbitros y las organizaciones de arbitraje cobran importantes honorarios por sus servicios.

5) Cláusulas abusivas: En los contratos, los demandados suelen combinar el lenguaje que prevé el arbitraje de las reclamaciones con otro lenguaje injusto que limita la forma en que un demandante puede presentar una reclamación contra un demandado. Por ejemplo, a los demandados les gusta añadir un lenguaje que establezca que un demandante no puede presentar reclamaciones a través de una acción colectiva o que no puede combinarse con los vecinos para presentar todas sus reclamaciones en una sola demanda. Otros ejemplos son que a los demandados les gusta insertar un lenguaje que establezca que tres árbitros se ocupen de una disputa, lo que es tres veces más caro para los demandantes, un lenguaje que limite los tipos de reclamaciones que un demandante puede presentar y un lenguaje que limite los daños, es decir, el dinero, que un demandante puede recibir como compensación por las reclamaciones.

6) Lugar: El lenguaje de un contrato que prevé el arbitraje también puede especificar dónde debe tener lugar la audiencia de arbitraje y, a menudo, especifica que debe tener lugar donde se encuentra la sede de la corporación demandada. El resultado puede ser que el demandante tenga que gastar importantes cantidades de dinero para viajar a través del país a una audiencia en un lugar muy alejado de la ubicación de la reclamación del demandante.

7) Confidencialidad: El arbitraje es confidencial. Las pruebas presentadas en un arbitraje y la decisión del árbitro no están disponibles para el público. A los demandados les encanta esto porque evita que sus fracasos sean conocidos por el público, evita la atención de los medios de comunicación y evita que otros sepan que pueden tener una posible reclamación. En otras palabras, permite a los demandados seguir incurriendo en la misma conducta ilícita sin que nadie lo sepa.

8) Falta de acuerdo: El lenguaje de un contrato que prevé el arbitraje suele estar escondido en el documento y escrito en un lenguaje que la persona media no puede entender. La persona media no tiene ni idea de que un contrato renuncia al derecho a que las reclamaciones sean juzgadas en un tribunal ante un jurado hasta que el demandado le impone injustamente el arbitraje años después. En otras palabras, un demandado puede obligar a un demandante a someterse a un arbitraje basándose en que el demandante aceptó el arbitraje cuando en realidad no aceptó tal cosa.

Para más información sobre el arbitraje:

  • The New York Times, Arbitration Everywhere, Stacking the Deck of Justice,
    https://www.nytimes.com/2015/11/01/business/dealbook/arbitration-everywhere-stacking-the-deck-of-justice.html
  • Public Citizen, How Credit Card Companies Ensnare Consumers,
    https://www.citizen.org/sites/default/files/arbitrationtrap.pdf
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